Como ya es habitual desde que Mauricio Macri está en la Casa Rosada, el acto por el aniversario del último golpe de Estado en plaza de Mayo fue copado por la militancia kirchnerista y de izquierda y abundó en críticas al Gobierno, que no respondió con ninguna actividad oficial.

"No permitiremos ni un solo retroceso en memoria, verdad y justicia. Ni un paso atrás. Ni un genocida suelto", exigió Estela de Carlotto, en referencia a la reciente liberación de los represores como Alfredo Astiz.

La jefa de Abuelas de Plaza de Mayo fue la primera oradora y tal vez la más suave con el presidente. Ayer participó de un acto con María Eugenia Vidal, la única escena propia creada por Cambiemos en el 42 aniversario del golpe de Estado.

Como ya es habitual desde que gobierna Macri, la izquierda y el kirchnerismo coparon el acto del 24 de marzo en la plaza de mayo. Carlotto pidió no liberar represores y Taty "Almeyda" le pegó duro al Gobierno. Zannini y D'elía se reencontraron con Máximo Kirchner. 

Minutos antes que empezara a hablar en el escenario montado frente a la Casa Rosada, Macri se refirió a la fecha con un frío tuit. "A 42 años del inicio de la época más oscura de la historia argentina nos unimos una vez más contra la violencia, por la memoria, verdad y justicia", escribió.

El diputado Lilito Héctor "Toty" Flores usó el hashtag #24deMarzo para decir, en un video, que los derechos humanos son también darle servicios públicos a la gente. No hubo muchas más expresiones de Cambiemos. 

En la plaza de Mayo no se los vio. A las 16 comenzaron a llegar las columnas del kirchnerismo, listas para escuchar a una lista de oradores de organizaciones de derechos humanos, como Abuelas, Hijos y Apdh.

La principal columna era de La Cámpora, liderada por Máximo Kirchner, encargado de coordinar un improvisado operativo de seguridad, porque no había policías. Cerca de ellos caminaron los recién liberados Luis D'Elía y Carlos Zannini, que se fundió en un abrazo con el hijo de Cristina. No se habían visto. 

La izquierda se repartió en varias columnas, algunas se movilizaron desde las 15 y se fueron cuando llegó el kirchnerismo y otros coparon la plaza más tarde, cerca de las 18, con la llegada de figuras como Adolfo Pérez Esquivel. 

En el acto central, Carlotto fue la primera en hablar . "Ya llevamos 42 años buscando genocidas, hemos resuelto 127 casos pero aún son cientos los hombres y mujeres que viven con su identidad falseada. Somos muchas las familias que queremos saber dónde están", pidió.

"Nuestra sociedad debe saber la verdad. Anímense a decir lo que saben porque detrás de ese rumor puede estar la libertad de nuestros niegos. La identidad es un derecho".

Siguieron furiosos discursos contra el Gobierno. La representante de la APDH apuntó directamente contra los "medios que fueron propaganda del terrorismo de Estado y siguen estando".

Hubo reclamos por los operativos policiales que derivó en la muerte de Santiago Maldonado y el mapuche Jorge Nahuel.

Taty Almeyda, de Madres de Plaza de Mayo, se definió como parte de la "Patria Grande" de "Bolívar, Artigas y Juana Azurduy", cuestionó casos de represión en México, Colombia y Brasil y no ahorró palos a Macri.

"A 42 años del golpe cívico, militar y clerical, denunciamos el mismo plan económico y sostenemos la misma lucha. Por eso, hoy marchamos contra el ajuste, la represión y la impunidad, por una democracia sin presas y presos políticos como Milagro Sala, entre otros y otras", gritó y se ganó los aplausos kirchneristas.

Después se sumó al pedido de ni un genocido suelto. "Ante un proyecto que vulnera los derechos del pueblo volvemos a ir a las calles. Seguiremos gritando 30 mil desaparecidos presente, porque detrás del negacionismo está el intento del olvido. Nos nos han vencido. Estamos acá".

"¡Libertad a los presos y presas políticos! ¡Restitución de la identidad de los nietos y nietas! ¡Juicio y castigo a todos los genocidas y partícipes civiles! ¡Basta de ajuste y represión al pueblo! ¡30 mil personas desparecidos: presente!", se despidió Almeyda.